Fobia Social y Ansiedad. Fobicos sociales, Fobias especificas. La timidez, y la verguenza.

Fobia Social, fobia, ansiedad social y ansiedad.Diagnostico de la persona fobica social, sintomas fobicos y ansiosos. Tratamientos eficaces individuales y grupales.Explicaciones teoricas acerca de la fobia social. Modalidades de relacion en los fobicos sociales, y la ansiedad social.

Este blog es parte de Buzzear (AR)

Trastorno depresivo, ansiedad social y su prevalencia en trastornos de la conducta alimentaria




Depressive disorder, social anxiety and its prevalence in eating disorders







Rosa Behar A.1, Mónica Barahona I.2, Bernardita Iglesias M.2 y Dunny Casanova Z.3



1 Médico Psiquiatra, Profesora Titular, Departamento de Psiquiatría, Universidad de Valparaíso.

2 Médico Residente, Departamento de Psiquiatría, Universidad de Valparaíso.

3 Licenciado en Ciencias y Bioestadistico, Profesor Titular del Departamento de Salud Pública, Universidad de Valparaíso.



fuente: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-92272007000300005&script=sci_arttext






Resumen



Antecedentes: Existe considerable evidencia sobre la comorbilidad entre trastornos de la conducta alimentaria, depresión y fobia social. Objetivo: Comparar la presencia de ansiedad social y depresión y sus prevalencias, en mujeres con y sin patologías alimentarias. Sujetos y Métodos: Se administró una entrevista clínica estructurada, el Test de Actitudes Alimentarias (EAT-40), el Inventario de Desórdenes Alimentarios (EDI), la Escala de Ansiedad Social de Liebowitz (LSAS) y la Escala de Hamilton para Depresión (HDRS) a 54 pacientes que satisficieron los criterios diagnósticos según el DSM-IVpara trastornos de la conducta alimentaria y a 54 estudiantes sin problemas alimentarios. Resultados: Los puntajes de todos los indicadores, incluidas las escalas de comorbilidad, fueron más altos en las pacientes (p < 0,001). La prevalencia de ansiedad social fue significativamente mayor en las pacientes alimentarias (40,7% versus 3,7%) (p < 0,001), particularmente en las anorécticas (66,6%) (p < 0,001) y el 14,8% de las pacientes con patologías alimentarias obtuvo puntajes en los rangos severo o muy severo (p < 0,001). El riesgo de presentar ansiedad social moderada a muy severa en las pacientes alimentarias fue 5,5 veces mayor. La prevalencia de síntomas depresivos fue significativamente mayor en las pacientes alimentarias (18,5% versus 0%) (p < 0,001), especialmente en las anorécticas (66,6%) (p < 0,001) y 18,5% de las pacientes con trastornos alimentarios obtuvo puntajes en el rango severo (p < 0,001). El riesgo de presentar depresión moderada a muy severa en las pacientes alimentarias fue 23,7 veces mayor. Conclusiones: Se confirma la presencia y la prevalencia de trastornos depresivos y de ansiedad social en los desórdenes alimentarios según la evidencia, principalmente en las pacientes portadoras de anorexia nerviosa.



Palabras clave: trastorno alimentario, estudio de prevalencia; enfermedad depresiva.







--------------------------------------------------------------------------------



Introducción



Existe una contundente evidencia de la coexistencia de trastorno depresivo y fobia social en los pacientes alimentarios que parece jugar un importante papel en su discapacidad social1-7.



Strober y Katz8, señalan que entre 25% y 80% de los pacientes con trastornos de la conducta alimentaria (TCA) presentan alta prevalencia de depresión en la Escala de Hamilton9. En otro estudio, 40,7% de los pacientes con anorexia nerviosa y 23,6% de aquellos con bulimia nerviosa tuvieron puntajes en rangos moderada o severamente depresivos en dicho instrumento10. La frecuencia de sintomatología compatible con depresión en la anorexia nerviosa varía del 20% al 100%9-13; en bulímicas fluctúa entre 11%14 hasta 100%14-16 y la de un trastorno depresivo mayor entre 30% a 60%17.



Por otra parte, se ha constatado que en la anorexia nerviosa la prevalencia de la fobia social oscila entre 48% y 599618-21. Schwalberg et al 22 encontraron que en pacientes bulímicas, la fobia social era uno de los diagnósticos más frecuentes de acuerdo al DSM-III-R. Aparece en 1/5 de los pacientes con anorexia nerviosa, es 10 veces más frecuente que en el resto de las muestras y en un estudio alemán de pacientes con bulimia nerviosa, se detectó que la mitad de los casos presentaba síntomas que cumplían criterios de fobia social23. Los hallazgos apoyan una transmisión compartida entre los trastornos alimentarios y estas comorbilidades, sin embargo, la naturaleza de esta diátesis permanece desconocida24.



El objetivo de esta investigación es establecer si en mujeres jóvenes se encuentran relacionadas estas patologías, comparando la presencia de depresión y de fobia social, entre portadoras y no portadoras de un TCA.



Material y Métodos



Diseño muestral. Para nuestro objetivo, la comparación de presencia de depresión y de fobia social entre sujetos con y sin trastorno de la conducta alimentaria, la efectuamos mediante un estudio muestral de prevalencia, con preestratifi-cación de estos dos grupos, para asegurar en las muestras, un número adecuado de sujetos de cada grupo.



El tamaño de muestra determinado para este estudio, fue el mayor que se calculó entre los necesarios para encontrar una diferencia significativa al 5%, con potencia del 80%, por el método de Fleiss25, al comparar la prevalencia de cada una de las dos comorbilidades (fobia social y depresión), entre una muestra piloto de 54 mujeres sin TCA y otra de igual número de mujeres con TCA. El mayor tamaño calculado, fue el necesario para obtener una diferencia significativa al comparar la prevalencia de ansiedad social marcada o severa, entre las con y sin TCA. Este tamaño fue de 48 sujetos en cada grupo (Tabla 1). Como ese número era menor que 54, decidimos conservar el de las muestras piloto como tamaño definitivo, ya que satisfacía con creces las necesidades de tamaño para todas las demás comparaciones.









Selección de las muestras



0000a) La muestra del grupo con TCA, se seleccionó al azar y comprendió las 54 primeras pacientes de sexo femenino, que consultaron entre junio de 2004 y agosto de 2005, en el policlínico externo del Hospital del Salvador (Valparaíso), en el Servicio Médico y Dental de Alumnos de la Universidad de Valparaíso, en el Servicio de Atención de Alumnos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y en la práctica privada de los autores, todas las cuales satisficieron los criterios diagnósticos para trastornos de la conducta alimentaria según el DSM-IV26, al menos durante un año previo al estudio.



0000b) La muestra del grupo sin TCA, también seleccionada al azar, comprendió las 54 primeras estudiantes universitarias de sexo femenino, contactadas en los locales de estudio de las carreras de Medicina y Odontología de la Universidad de Valparaíso y de la carrera de Terapia Ocu-pacional de la Universidad de Playa Ancha, en junio de 2005. Se excluyeron aquellas que habían presentado antecedentes de una patología alimentaria, o la presentaban al momento de esta investigación.



Procedimientos. A todas las sujetos de las muestras, se les administró una entrevista estructurada confeccionada por los autores y la versión traducida al español y validada de los siguientes instrumentos (Tabla 2): EAT-40 (Test de Actitudes Alimentarias)27, el EDI (Inventario de Desórdenes Alimentarios)28, la LSAS (Escala de Ansiedad Social de Liebowitz) 29,30 y la HDRS (Escala de Hamilton para Depresión)9. Las sujetos en su totalidad respondieron voluntariamente y con consentimiento informado los instrumentos citados. El período de esta investigación se prolongó por el tiempo necesario hasta lograr un tamaño de la muestra adecuado para la exploración. Estos se aplicaron, por una sola vez en cada sujeto para ser contestados en un lapso de aproximadamente 45 minutos en forma individual y durante una única jornada. Las coautoras entrevistadoras (MB y BI) recibieron entrenamiento previo de parte de la autora principal (RB) mediante cursos y seminarios, como parte de su formación en la especialidad de psiquiatría.





1. La entrevista estructurada incluyó los datos de edad, peso actual, talla, peso ideal y preguntas basadas en los criterios diagnósticos del DSM-IV26 para TCA, lo que permitió pesquisar y/o confirmar la presencia de esta patología en los grupos comparativos.

2. El Test de Actitudes Alimentarias (Eating Attitudes Test), EAT-4027.

3. El Inventario de Desórdenes Alimentarios (Eating Disorders Inventory), EDI28. En este análisis no se consideró en su ponderación global un rango de corte y en consecuencia se analizó cada ítem en forma independiente.

4. La Escala de Ansiedad Social de Liebowitz (Liebowitz Social Anxiety Scale), LSAS29,30.

5. La Escala de Hamilton para Depresión (Hamilton Depression Rating Scale), HDRS9.









Análisis estadístico



a) Descripción de grupos: La descripción de cada grupo, con o sin TCA, se hizo mediante:





• Promedios y desviaciones estándar, para las variables cuantitativas (edad, talla, peso actual, IMC [índice de Masa Corporal], peso ideal, EAT-40, EDI y sus 8 ítems), escala LSAS y escala HDRS.

• Prevalencias de ansiedad social (PASX) y de depresión (PDX) en sus distintos grados, mediante los cuocientes:





• Estimaciones por intervalo de confianza del 95% [IC95%], para estas prevalencias, usando el método de aproximación cuadrática de Fleiss25.



Nota: Los grados de las escalas de ansiedad social y de depresión, son los detallados en Procedimientos: 5 grados para la primera y 4 para la segunda.





b) Comparación entre grupos:





• Comparaciones de todas las variables cuantitativas: con test t de Student, entre los grupos con y sin TCA.

• Comparaciones de prevalencias entre estos dos grupos, con cálculo de riesgo relativo, uso de test %2 y de proporciones independientes.

• Comparaciones de prevalencias entre cada subgrupo de trastorno alimentario y las sin trastorno, con uso de prueba exacta de Fisher, por tratarse de grupos más pequeños.



Resultados



Las 54 sujetos con TCA se distribuyeron en los trastornos siguientes: 6 anoréxicas restrictivas, cuyo rasgo principal era la disminución de la ingestión alimentaria; 3 anorécticas compulsi-vo-purgativas que recurrían regularmente a "comilonas" y/o purgas durante sus episodios de anorexia; 16 bulímicas purgativas, las cuales además de presentar "comilonas", se inducían regularmente el vómito y/o usaban laxantes, 1 bulímica no purgativa y 28 pacientes con TCA subclínicos (no especificados), que no reunían los requisitos diagnósticos para los síndromes alimentarios completos.



Todas las sujetos del grupo sin TCA eran estudiantes universitarias a niveles bajo y medio. El 68,5% de las integrantes del grupo con TCA poseía también esa educación que, sumada al 5,6% que exhibía una técnica, hacía un 74,1% de educación superior. Las restantes con TCA, se repartían: 18,5% en educación media y sólo un 7,4% con básica. Así, la diferencia en nivel educacional se centró sólo en la educación básica y en esto, ambos grupos no difirieron significativamente. En cuanto a estado civil, también es similar en ambos grupos, siendo la mayoría solteras (90,7% versus 98,2%).



Entre los grupos sin TCA y con TCA no hubo diferencias estadísticamente significativas para peso actual, talla, IMC y peso ideal. Sólo la edad mostró una diferencia significativa (p = 0,02), aunque el promedio era sólo un año superior en las con TCA (Tabla 3). Esta homogeneidad de las variables de base en los dos grupos clínicos, permite suponer que no intervendrán en las diferencias que se puedan establecer para las variables usadas como indicadores de TCA.



Los promedios de todas las variables indicadoras de trastorno alimentario, EAT-40, EDI y sus ítems, fueron muy superiores en el grupo con TCA (p < 0,001), lo que era esperable, puesto que colaboraron a efectuar el diagnóstico clínico de esa patología. Se observó además que las variables que evaluaban comorbilidad, hacían también diferencias estadísticamente significativas en la misma dirección que las anteriores (p < 0,001) (Tabla 3).









La severidad de la depresión, medida por la escala HDRS de Hamilton, fue significativamente mayor en el grupo con TCA que en el sin TCA (p < 0,001), observándose en particular, una pre-valencia de depresión severa de 18,5% (IC 95%: 9,7% a 31,9%) en el primer grupo contra 0 en el segundo (p < 0,001), siendo 23,7 veces mayor el riesgo de depresión moderada a severa en las con TCA que en las sin TCA (Tabla 4).



También, las prevalencias de depresión moderada a severa, observadas en anorécticas, bulímicas y con TCA subclínico, fueron significativamente superiores a las del grupo sin TCA (p < 0,001), con riesgos relativos que disminuían desde 30,8 en anorécticas, a 26,2 en bulímicas y a 19,8 en las con TCA subclínico (Tabla 4).









La severidad de la ansiedad social, medida por la escala LSAS de Liebowitz, fue significativamente mayor en el grupo con TCA que en el sin TCA (40,7% versus 7,4%) (p < 0,001), siendo la prevalencia de ansiedad social severa a muy severa, de 14,8% (IC95%: 7,1% a 27,7%) en el primer grupo, contra 0 en el segundo (p < 0,001), siendo 5,5 veces mayor el riesgo de ansiedad social a cualquier nivel (moderada a muy severa) cuando había TCA que cuando no lo había (Tabla 5).



También, las sin TCA mostraron prevalencia de ansiedad social a cualquier nivel, significativamente menores a las de mujeres anorécticas (p < 0,001), bulímicas (p < 0,001) y con TCA subclínico (p = 0,02), disminuyendo el riesgo relativo de ésta, desde 8,7% en anorécticas, a 6,4% en bulímicas y a 3,9% en las con TCA subclínico (Tabla 5).









Discusión



La prevalencia de "alto rango" de depresión, 25% a 80% en trastornos alimentarios, mencionado por Strober y Katz8, es algo superior a la prevalencia "severa" que estimamos al 95% en este estudio, entre 9,7% y 31,9%. Sin embargo, la prevalencia en rangos moderado a severo en las anorécticas y bulímicas, fue superior a los publicados por Herzog10 (55,5% y 47,1% versus 40,7% y 23,6% respectivamente). Cabe destacar que en nuestras pacientes, el riesgo de desarrollar una depresión moderada a severa fue 23,7 veces mayor que las mujeres sin desórdenes alimentarios.



Rosenvinge y Mouland31, observaron la asociación de peor pronóstico en la anorexia nerviosa cuando el paciente presentaba un trastorno depresivo en el seguimiento, fenómeno que debemos estimar en nuestras pacientes. En los desórdenes alimentarios, la depresión suele manifestarse asociada a la anorexia, el insomnio, la tristeza, el aislamiento, el llanto, la anhedonia, los problemas de autoconcepto, incluyendo la autocrítica que se extiende desde la autoestima hasta la imagen corporal, acompañada de culpa, vergüenza y desesperanza32-36, hecho que análogamente ocurre con las pacientes de este estudio, particularmente reflejado en los altos puntajes alcanzados en los ítems del EDI, tales como insatisfacción corporal y sentimientos de ineficacia personal que expresan distorsión de la silueta corporal minusvalía e inseguridad respectivamente. Al respecto, Edelstein y Yager37 señalan que los síntomas depresivos suelen ser secundarios, ocasionados por la pérdida ponderal y la situación de estrés constante en que viven estas pacientes y que conllevan sentimientos de fracaso, inutilidad e infravaloración.



El hallazgo de prevalencia de fobia social de 40,7% en las pacientes alimentarias coincide con los rangos señalados por varios autores18,21,23. No obstante, nuestras pacientes anorécticas obtuvieron una cifra superior a la encontrada por Steere et al23 (66,6% versus 20%). Se destaca el riesgo 5,5 veces mayor para presentar ansiedad social a moderada a muy severa cuando existía un desorden alimentario. Las manifestaciones centrales de fobia social en los cuadros alimentarios son el temor a las situaciones sociales que impliquen el comer y a que el propio cuerpo sea sometido a escrutinio por los demás, con miedo a hablar, a sonrojarse, a comer o beber en público y a hacer el ridículo, por sentimientos abrumadores de baja autoestima, rechazo a su figura y menosprecio de sí mismas38 -9, rasgos exhibidos por nuestras pacientes en los altos puntajes que obtuvieron en los factores del EDI, tales como conscien-cia interoceptiva; es decir, la falta de capacidad para identificar las propias emociones y sensaciones, y, desconfianza interpersonal, una dificultad para establecer relaciones cercanas. La mejoría del estado mental y el notable restablecimiento del comportamiento social que produce la normalización del peso corporal y de los hábitos alimentarios, contribuyen en gran medida a considerar que dichos síntomas de ansiedad aparecen como consecuencia directa del trastorno alimentario primario40.



De este modo, el sentido de autoestima, la apariencia externa y la vergüenza son las características principales de la ansiedad social presente en los cuadros alimentarios39, pudiendo convertirse en un verdadero obstáculo en la búsqueda de un tratamiento efectivo en estas pacientes40, contexto que el clínico sensible siempre deberá tener presente para lograr un óptimo desenlace evolutivo.



Limitaciones





• El tamaño pequeño de los subgrupos de desórdenes alimentarios restringió la exploración más exhaustiva de subtipos clínicos.

• No se consideró la coexistencia de otras comorbilidades, tanto físicas como psicopatológicas, ni la influencia del tratamiento efectuado.



Implicancias





• Se confirma la presencia de comorbilidad depresiva y de ansiedad social con sus respectivas prevalencias en pacientes con patologías alimentarías, principalmente en las anorécticas

• Su detección debe considerarse rutinariamente en cualquier evaluación médica general, ya que su presencia afecta el manejo terapéutico, curso y pronóstico del trastorno alimentario



Agradecimientos



Los autores agradecen a todas aquellas personas que prestaron su valiosa colaboración en esta investigación, sin la cual no habría podido realizarse.

fuente:  http://www.depresion-guide.com/

Desorden de ansiedad social - síntomas sociales del desorden de ansiedad, tratamiento, causa, prueba, medicación del desorden de ansiedad social


El desorden de ansiedad social o el Phobia social, es un desorden de ansiedad caracterizado por ansiedad abrumadora y timidez excesiva en situaciones sociales diarias. El phobia social se puede limitar a solamente un tipo de situación - tal como un miedo del discurso en situaciones formales o informales, o de comer o de beber delante de otros - o, en su forma más severa, puede ser tan amplio que una persona experimenta síntomas que están casi en caulquier momento alrededor de la gente.



¿Cuáles son los síntomas del desorden de ansiedad social?

Mucha gente con desorden de ansiedad social se siente que hay “algo mal,” pero no reconoce su sensación como muestra de la enfermedad. Los síntomas del desorden de ansiedad social incluyen:



Ansiedad intensa en situaciones sociales

Evitación de situaciones sociales

Síntomas físicos de la ansiedad, incluyendo la confusión, del corazón que golpea, de sudar, de sacudarir, de la ruborización, de la tensión del músculo, del malestar estomacal y de la diarrea

Los niños con este desorden pueden expresar su ansiedad gritando, aferrándose en un padre o lanzando una rabieta.



¿Cuáles son las causas del desorden de ansiedad social?

No hay causa sabida del desorden de ansiedad social, pero la investigación sugiere que los factores biológicos, psicologicos y ambientales eso puedan desempeñar un papel en su desarrollo.



Una teoría es que el desorden de ansiedad social se puede relacionar con un desequilibrio de un serotonin llamado químico que transporte señales entre las células del nervio en el cerebro. Interesante, éste es el mismo desequilibrio químico ligado a otros desórdenes del humor y de ansiedad.



Otra teoría es que el desorden de ansiedad social puede funcionar en familias-especial entre parientes cercanos como padres y sus niños. O puede provenir un acontecimiento social embarazoso en el pasado.



¿Cuáles son los diversos tipos de desorden de ansiedad social?

El desorden de ansiedad social del funcionamiento (o no-generalizado) afecta a individuos solamente cuando se están realizando delante de otros. Un ejemplo es ansiedad severa o evitación activa del discurso público.

El desorden de ansiedad social generalizado afecta a persona en muchas diversas situaciones sociales, de ir a un partido al discurso con su jefe. El tipo generalizado es el más común y estudiado lo más mejor posible.

El desorden de la personalidad de Avoidant es considerado por muchos especialistas de la ansiedad ser la forma más severa de ansiedad social. Empieza una edad temprana y es generalmente mucho más común en varones. Porque causa la debilitación severa en el funcionamiento social, estos individuos tienen pocos amigos y casan raramente. Afortunadamente, responden a las mismas medicaciones y tratamientos del comportamiento que ésa con desorden de ansiedad social generalizado.

¿Cuáles son los tratamientos del desorden de ansiedad social?

Los tratamientos eficaces para el phobia social están disponibles, y la investigación está rindiendo las nuevas, mejoradas terapias que pueden ayudar a la mayoría de la gente con phobia social y otros desórdenes de ansiedad conducen vidas productivas, satisfacientes.



La terapia de la medicación y la terapia de comportamiento han probado acertado en tratar desorden de ansiedad social. El tratamiento de la medicación incluye varias clases de las medicaciones que han demostrado para tener efectos marcado beneficiosos para muchos pacientes. La terapia de comportamiento también proporciona un método acertado para disminuir ansiedad y la evitación en las situaciones sociales que temen la mayoría. Muchos encuentran que una combinación de la medicación y de la terapia del comportamiento es la más eficaz. Tu clínico puede ayudarte a elegir la línea de conducta más apropiada.

¿Qué es una fobia social?


Una fobia social es un tipo especial de miedo. Todos tenemos miedos a cosas como las serpientes venenosas, los perros rabiosos, las infecciones, los accidentes, aunque este miedo se traduce en un comportamiento de simple cautela frente a las situaciones de peligro y además el miedo AYUDA a estar alerta en la vida cotidiana en vez de INTERFERIR en ella de forma limitante y negativa.

Hablamos de fobias cuando la intensidad con la que experimentamos el miedo frente a los distintos peligros es:

injustificado por la objetividad del peligro

inoportuno (no lo sentimos en el momento apropiado)

desmesurado (sentimos más de lo que deberíamos)

interfiere nuestra vida normal de forma innecesaria, y nos reduce nuestra capacidad de acción y goce.

Aunque algunas fobias son muy conocidas, como el miedo irracional a coger el ascensor, nadar, las ratas y cucarachas, por ejemplo, en cambio en la fobia social el miedo se centra en SITUACIONES más complejas y sorprendentes, y además altera totalmente nuestra vida ya que nos vemos obligados a vivir en sociedad (a diferencia del miedo a las serpientes que puede ser inocuo si no nos toca trabajar en un zoo)

Todos solemos experimentar incertidumbre, ansiedad e inseguridad al conocer a personas nuevas, pero una vez roto el hielo, la mayoría logra convertir esos encuentros en una experiencia agradable.

En cambio las personas con fobia social experimentan un grado de ansiedad mucho más elevado en estas situaciones.

Puede ser tanto el grado de ansiedad o vergüenza que se produzcan señales físicas delatadoras (sudor, temblor muscular y de voz, rubor, etc.) que nos hacen más vulnerables e inseguros y la situación social, en vez de convertirse en un tiempo aceptable en algo agradable se transforma en algo cada vez más desagradable, con lo que nos desanima a pasar esos malos tragos y utilizar subterfugios de evitación y control de estas penosas situaciones.

El deseo que solemos tener todos de formar parte de los grupos sociales, ser valorados y apreciados se ve gravemente disminuido, con la consiguiente baja autoestima y complejo de inferioridad.

Elementos más importantes de la fobia social:

Preocupación por llegar a ser el centro de atención cada vez que nos encontramos con alguien.

Temor a propósito de que alguien nos mire y observe lo que estamos haciendo.

Temor a que nos presenten.

Temor a propósito de comer o beber en público

Dificultad para manejarse en comercios y relaciones administrativas

Terror a dirigirse a un público o grupo de amigos

Aversión a realizar llamadas telefónicas y realizar gestiones



Dificultad para confrontarse en el trabajo o hacer reclamaciones (incluso si se tiene la razón y el derecho de hacerlo)

Las fiestas y reuniones son una pesadilla y el comportamiento de la persona que tiene fobia social consiste en ponerse cerca de la puerta o encargarse de discretas tareas que le permitan huir de la situación.

Tendencia a rehuir espacios cerrados donde hay gente

Sensación de que todos nos miran y nos desvalorizan

Temor a que nuestras intervenciones parezcan ridículas, pobres o inadecuadas. Miedo a 'quedarnos en blanco'.

Algunas personas con fobia social tienden a beber alcohol para ganar así valor y desinhibición.

La fobia social puede ser algo que -a diferencia de la fobia a las serpientes- se nos haga presente cada vez que nos vemos obligados a ser el centro de atención, o si nuestra profesión implica estar expuestos a personas desconocidas con frecuencia (vendedores, actores, músicos, maestros, etc.)

También nos podemos ver obligados a hablar en público (en la escuela, reuniones de trabajo, amigos -cuando son un grupo grande-).

Algunas fobias sociales acentúan el miedo a tratar con el otro sexo a extremos que producen graves dificultades para conseguir pareja.

El miedo no es un estado emocional inmóvil, como un estado de tristeza o alegría. Se alimenta de:

Los estímulos temidos (estar en algún tipo de situación social que nos produce miedo)

La anticipación (imaginar las situaciones que podrían suceder y sentir el miedo 'como si' estuvieran sucediendo los acontecimientos temidos)

los mecanismos de evitación (aunque sea una paradoja el ALIVIO de subir por las escaleras AUMENTA el miedo a coger el ascensor de una persona con fobia al ascensor). Por lo tanto las conductas de 'precaución' como ponerse en un rincón, hablar poco, cruzar la acera, etc. hacen que sintamos MAS miedo la próxima vez.

Los pensamientos auto-críticos (del estilo "pareceré tonto/a", "debería hablar pero no se me ocurre nada". "estoy haciendo el ridículo", "parezco torpe", "me consideran inferior", etc.).

La falta de practica en expresión verbal (igual que la falta de ejercicio nos entumece) el expresarse DEMASIADO POCO, dificulta la facilidad y creatividad de comunicación.

El circulo vicioso que producen las experiencias negativas: como lo hemos pasado mal una vez tememos que la siguiente será igual o peor, con lo esta creencia hace de profecía que se auto-cumple y nos induce a estar más amedrentados e ansiosos la próxima vez, con lo que de nuevo alimentamos el temor para la siguiente ocasión.

La costumbre de 'repasar' y 'rumiar' lo sucedido: el no haber sido capaces de actuar con la soltura de los demás (el fóbico puede fijarse en la persona más popular y maravillosa para compararse con ella) nos genera desasosiego y ácida incomodidad personal, recordando cada uno de los pequeños detalles de impotencia y comportamiento penoso con la precisión de un latigazo, y de pronto aparecen iluminadas como por un foco las palabras y las cosas que DEBERÍAMOS haber dicho o hecho.

La propaganda negativa que hacemos sobre la imagen de nuestro Yo. A base de vernos torpes, inseguros, empobrecidos, poco interesantes, etc. un numero elevado de veces, entramos en la 'secta' de los 'no valgo nada', con lo que ya ni nos atrevemos a aspirar a las cosas sanas y bonitas que los demás nos parece que sí tienen derecho a tener (amor, admiración, amistad). Esto puede influir poderosamente en nuestras decisiones (aspiraciones laborales, proyectos, el tipo de pareja que nos parece adecuada, los derechos que creemos que nos merecemos, etc.) .

La angustia como aparición 'maldita' e 'intrusa'. Nos angustiamos por la posibilidad de sentir angustia y al percibir que nos estamos angustiando sólo por pensarlo sentimos que es una angustia incontrolable. La angustia se convierte por sí misma en el peor enemigo -más allá incluso de las situaciones que empezaron a provocar. Tenemos miedo de tener miedo, y que además ese miedo sea visible y nos delate como miedosos dignos de desprecio.

Síntomas físicos

Los síntomas de la ansiedad que aparecen en la persona que tiene fobia social cuando se expone a lo temido pueden llegar a ser el símbolo de 'lo peor' que le sucede:

Sequedad de boca (junto a la idea de que uno se 'atrabancará', tartamudeará, toserá, no podrá hablar, etc.)

Palpitaciones (el corazón parece correr demasiado deprisa o irregularmente y eso producir desmayos, ataques cardíacos, mareos, o algún tipo de colapso)

Temblores de manos, pies o voz que pueden ser rápidamente observados y delatarnos como 'inferiores' o 'penosos' o 'impresentables'.

Sudor (en las manos que luego puede que tengamos que presentar en un saludo; sudor corporal que traspasa la ropa y nos avergüenza haciendo nos aparecer como 'indeseables' o 'repugnantes')

Rubor (angustia + sentimientos intensos de vergüenza)

Falta de concentración (que nos haga olvidar datos que queríamos decir o desorganice el curso del pensamiento de modo que no sepamos de donde veníamos o a donde queríamos llegar)

¿Y la timidez?

La timidez es una forma atenuada de fobia social, y que habitualmente tenemos y disimulamos todos mejor o peor.

No sabemos si resultaremos competentes, valiosos o apreciables a los demás.

Muchas veces esto esta en agudo contraste con un ambiente familiar en el que hemos sido mimados y protegidos, aunque en otras ocasiones es todo lo contrario: un ambiente familiar autoritario y descalificador también produce futuros tímidos.

Nuestra forma de ser se hace en el ejercicio de relacionarse con los demás, es un resultado de ATREVERSE a ser delante de los demás, mezclándose y entrando en conflictos que uno aprende a ir solucionando sobre la marcha.

La persona tímida es cautelosa: no se arriesga a equivocarse, a ser rechazada o a resultar inadecuada, y como no practica no avanza, y espera que un día se levantará con la moral alta y resultará segura de sí misma por arte de gracia (y no pasando por los malos tragos y apuros que todos tenemos que traspasar para curarnos de complejos e inseguridades y para resultar hábiles amigos y relacione públicas).

Descubrir lo que somos realmente tiene algo de lanzarse al abismo de lo desconocido y explorar lo que resulta de ello, y esta es la forma mejor de superar la timidez.

Palabra a palabra obligarnos a nosotros mismos a enseñar LO QUE PENSAMOS pero también -y sobre todo- LO QUE SENTIMOS (como cuando decimos 'me moleta el humo que me hechas a la cara' o 'me gustaría que tomáramos el sábado un café juntos', o 'este fin de semana me apetece ir de excursión con unos amigos que hace tiempo que no veo').

A menudo superar la timidez es una cuestión de número de palabras (cambiar el 'si', 'no', 'tal vez' por frases de cinco minutos).

Dejarse ir hacia una frase que va a ser muy larga es como confiar en tu propio cerebro, en su auto-estimularse, refrescarse y entusiasmarse por una tarea intelectual (en el fondo le encanta, es lo suyo).

La persona tímida tiende a creer que no tiene mucho VALOR, o CAPACIDAD, pero la realidad no es exactamente esa (mucho grandes tímidos han sido perfectamente grande genios científicos o escritores) sino que UNO MISMO/A SE PONE ENCIMA UN PEDRUSCO, inhibiéndose con pensamientos de mal agüero tales como 'lo mio no tiene importancia' 'mis cosas aburren' 'mi interés no coincide con el de los demás' 'podría ofender, aburrir o molestar a alguien' o lindezas parecidas.

Este AUTO-SABOTAJE equivale a que estuviéramos pensando 'seguramente no caminaré recto y estéticamente, pareceré torpe y tropezaré' y como fruto de esta hipótesis tan poco constructiva REALMENTE hasta consiguiéramos andar mal y tropezar.

Nos cuesta encontrar un lugar en el mundo, EL NUESTRO, y en vez de ello caemos en el error de pretender ser OTROS.

Sería buena cosa rebelarnos de una vez por todas y determinarnos a ser espontáneos, aceptando luego con resignación el número amigos y enemigos que ello produzca (por lo menos seríamos felices NOSOTROS y NUESTROS amigos, y nuestra alegría decoraría como un adorno navideño el paisaje de los demás).

¿Un ataque de pánico de regalo?

El nivel de ansiedad puede subir a un punto crítico por encima del cual se produce un 'ataque de pánico' durante unos minutos en los que la persona le parece que pierde el mundo de vista, el equilibrio, o que pudiera enloquecer o estar muriendo de forma repentina.

Los mismos pensamientos de estar 'pillado' 'atrapado' y padeciendo algo 'horrible' actúa de incentivador y mantenedor del ataque. Las complicaciones de los ataques de pánico pueden ser que la persona desarrolle 'agorafobia' o miedo a tener ataques de pánico en situaciones donde ya se han producido o que parezcan una 'encerrona' (un espacio demasiado cerrado, demasiado abierto, demasiados estímulos o gente, estamos lejos o en una situación en la que haríamos un mal papel huyendo).

Algunas personas caen en el alcoholismo o en el consumo de hachis o cocaína o abusando de los tranquilizantes recetados por el médico como una forma de 'capear' estas dificultades sin resolverlas del modo adecuado.

¿Cómo afecta nuestras vidas la fobia social?

Nos empobrece reduciendo a la mitad nuestra vida social, nuestras posibilidades de ocio y progreso profesional.

La frustración que todo ello implica puede reflejarse indirectamente en forma de desánimo general (a veces es causa de caer en un depresión tras un larga etapa vital de sufrimiento) e irritación descontrolada con el circulo familiar íntimo.

Las relaciones que exigen iniciativa, sostén y aportación por nuestra parte se pueden llegar a ver gravemente resentidas y romperse.

Elimina aquellos oportunidades que suelen provenir de la actividad social (hacer amigos en el colegio o en el trabajo, participar en las equipos, promocionarse en el trabajo, etc.) . Puede ocurrirle a un fóbico social que rechace un buen trabajo solamente por el miedo que tiene a las nuevas responsabilidades, especialmente si tiene que tratar con muchas personas y hacer reuniones.

¿Soy un bicho raro?

De 1-2 por mil de los hombre y 2-3 por mil de las mujeres padecen fobia social. Es una dificultad que se conoce bien, tanto el porqué se produce como el modo en el que puede tratarse.

¿Tiene solución?

No es imposible adquirir estas dos capacidad que resolverían el problema:

las habilidades expresivas, sociales y de trato que no hayamos podido adquirir en el curso de nuestro aprendizaje por razones de modelos familiares imperfectos, inadecuada intervención escolar o por las dificultades emocionales que hayan interferido.

La habilidad de controlar el miedo irracional mediante distintas estrategias de enfrentamiento, control emocional e información psicoterapéutica especializada.

Una ayuda farmacológica puede ser aceptable como un medio de atemperar las dificultades iniciales, especialmente si el nivel de ansiedad produce severos síntomas incapacitantes como intensas taquicardias o ataques de pánico, insomnio y depresión.

¿Puedo solucionarlo por mí mismo/a?

Algunas lecturas de libros de autoayuda que tratan las fobias de una forma sencilla nos pertrecharán con una mayor comprensión del problema.

La práctica de la relajación, yoga, y/o ejercicio para bajar el nivel general de ansiedad.

Ejercicios prácticos de expresión:

lectura en voz alta del periódico utilizando un tono de voz alto y que tenga contenido emocional;

grabar un pequeño ejercicio de unos 10 minutos (5 veces a la semana) en el que contemos como si estuviéramos delante de un grupo de personas un asunto que hemos leído, visto en televisión, escuchado en la radio o hemos oído o pensado. El tema ha de ser diferente cada vez. Contra más exagerado es el tono expresando disgusto, placer, admiración, guasa, etc. más efectivo es el ejercicio. No olvidar al final añadir nuestra opinión sobre el asunto. Procurar conforme pasa el tiempo aumentar la longitud de las frases.

Preparar el terreno hablando en primer lugar en las situaciones mas fáciles (familiares de confianza, vecinos, compañeros de trabajo) introduciendo elementos que impliquen humor, comentarios personales y opiniones atrevidas.

Procurar adquirir compromisos tales como acudir a las reuniones de vecinos, religiosas o de trabajo, eventos sociales, etc. aunque nuestro papel al principio fuera modesto, pero logrando al menos familiarizarnos más con la situación grupal.

Hacernos un plan de EXPOSICIÓN gradual a las distintas situaciones sociales que nos agobian intentando hacer progresos pequeños pero continuados.

Suprimir las conductas anticipatorias que tanta ansiedad inducen al adelantar con los ojos de la imaginación mil situaciones agobiantes, humillantes y desagradables. Es mucho mejor no pensar y si tuviéramos que pasar por una situación temida, por ejemplo una boda, no sufrir hasta el momento en el que comience el banquete (y a ser posible tampoco en medio).

Tampoco conviene hurgar en la herida más de la cuenta, haciendo agoreras y cínicas disquisiciones de nuestro papel en el mundo. Es mejor concentrarse más en progresar que en criticarse a uno mismo.

Conviene facilitar el aproximamiento a los distintos ambientes estando al menos al día de las inquietudes y afanes por las que los humanos nos unimos en amistad (preocupaciones sociales, conocer la música actual, el deporte o las modas, procurando si cabe estar en un buen nivel como para poder más adelante tener algo que aportar).

Preocuparse por saber lo que la mayoría sabe (por ejemplo saber hacer una barbacoa, bailar, conocer los procedimientos administrativos, desenvolverse en un restaurante, etc.)

Disponer también de una personalidad propia (unos gustos, unas ideas conocidas, unas intereses, etc.) que pueda hacer atrayente y productiva nuestra incorporación en los grupos.

En los momentos de hablar en público no estar mirando con lupa nuestras sensaciones físicas perturbadoras sino los ojos de los interlocutores, y mirándolos comenzar a hablar LENTO y DETALLADO en vez de rápido y comprimido tal como el "salir rápido" del apuro nos pediría.

Hacer maniobras de preferencia, tales como sentarnos en el sitio de la mesa que más nos gusta y al lado de la persona que nos cae mejor o en el medio (en vez de sentarnos en el rincón más alejado y junto a la persona que menos nos gusta).

Si notamos que la voz nos tiembla, en vez de ultimar proseguir hasta que el efecto desaparezca, haciendo que el temblor inicial quede olvidado por un final aceptable o por la simple voluntad de expresarse.

No exigirse a uno mismo el imperativo más bien contraproducente de pretender ser inteligentes para los demás sino que en vez de RENDIR debemos cambiar la misión a PARTICIPAR.

Algunos fóbicos sociales han utilizado técnicas de INUNDACIÓN como aceptar un trabajo de cara al público, o presentarse voluntarios en una asociación para obligarse así a 'pasar por el tubo' y superar los problemas de una vez. Este método de 'sacar la muela a mano' no funciona siempre y puede ser una apuesta que sobrepase muestras verdaderas fuerzas.

Si nos sentimos preparados por haber avanzado en los puntos anteriores nos podemos atrever a llevar a cabo alguna actividad mas eficaz tal como apuntarnos a una asociación, un curso de expresión corporal, un taller de habilidades sociales (en el que mediante juegos didácticos, simulación de situaciones y ensayo de nuevos comportamientos, y en un ambiente de personas con similares dificultades a las nuestras podemos quemar etapas) o aceptar un trabajo que sabemos que nos pondrá a prueba.

Sería algo bueno de cara a superar los miedos el reflexionar más allá de lo mal que nos sentimos lo que hay de realidad en los supuestos peligros (miedo al rechazo, a que no nos valoren o a no resultar interesantes y dignos de amor que posiblemente provienen de algunos factores educativos mal aprendidos -o enseñados cabría decir-.

¿Y si no puedo?

Es el momento de acudir a un profesional. Existen distintas psicoterapias exitosas contra la fobia social, siendo un problema clínico relativamente sencillo de solucionar comparado con otros trastornos mentales mayores.

A veces la verdadera dificultad es el orgullo o la cicatería lo que nos impide reconocer que tenemos un grave problema y acudir a un profesional competente.

Fuente:http://www.cop.es/colegiados/A-00512/timidez.html

Biomedicina y Salud. Fuente: http://www.plataformasinc.es/index.php/esl/Noticias/Una-nueva-clasificacion-propone-cuatro-tipos-de-fobia-social-entre-los-adolescentes (Servicio de Informacion y NOticias Cientificas)


Psiquiatría

El trabajo aparece publicado en el ‘Journal of Anxiety Disorders’



Una nueva clasificación propone cuatro tipos de fobia social entre los adolescentes



Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Elche y la Universidad de Murcia presenta una clasificación inédita de los subtipos de fobia social que se dan en la adolescencia. Hasta ahora, existía cierto consenso sobre la existencia de dos subtipos de este trastorno: la fobia social generalizada y la no generalizada.


La fobia social, también conocida como ‘trastorno de ansiedad social’, se caracteriza por un miedo y ansiedad acusados y persistentes que interfieren de forma importante en la vida de la población que la padece.



Según los expertos, las personas con este trastorno comprenden que sus sensaciones son irracionales. Sin embargo, “sufren una respuesta de ansiedad (que puede alcanzar la intensidad de un auténtico ataque de pánico) y la presencia de conductas de evitación, escape y seguridad (como no mirar a los ojos de los interlocutores o mostrarse poco participativo) ante las situaciones sociales”, explican José Antonio Piqueras y José Olivares, los dos investigadores principales del trabajo.



Los estudios indican que entre un 3% y un 13% de la población puede sufrir a lo largo de su vida fobia social, presentándose con igual frecuencia en hombres y mujeres. Habitualmente comienza en la adolescencia o antes de los 25 años.

Esta timidez exagerada aparece ante una gran variedad de situaciones sociales, como ir a fiestas, participar en actividades o equipos deportivos, usar baños públicos o hablar ante figuras de autoridad como por ejemplo profesores. Los pacientes experimentan una preocupación constante a que los demás les juzguen negativamente.


Categorizar la ansiedad



“La diversidad de situaciones y síntomas de este trastorno ha generado un gran interés en la comunidad científica en relación con la necesidad de diferenciar los distintos aspectos del desorden. Dicho interés se ha centrado especialmente en la utilidad de clasificar la fobia social en distintos subtipos o clases”, explica a SINC Piqueras.



Como la mayoría de los estudios se fundamenta con muestras en personas adultas, en lo que respecta a la población infantil y adolescente, este estudio es “uno de los pocos existentes en el ámbito internacional y posiblemente el primero de estas características realizado en España”, continúa el investigador, “teniendo como objetivo principal la mejora del pronóstico y la selección de los tratamientos específicos más eficaces según el subtipo de fobia social”.



Esta nueva propuesta sigue en sus postulados la nomenclatura del estilo de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), que indica que, para especificar la gravedad de cualquier trastorno psicológico, es recomendable hacerlo refiriéndose al mismo con la terminología ‘leve’, ‘moderado’, y ‘grave’.



La idea se enmarca en el contexto del modelo formulado por Olivares y Caballo (2003) sobre la delimitación de la fobia social, y en el sistema de clasificación empleado desde 1998 por el grupo de investigación que dirige Olivares en la Universidad de Murcia.



Metodología del estudio



Un total de 971 adolescentes españoles con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años participaron en este estudio, donde se analizaron mediante un análisis factorial exploratorio las puntuaciones de miedo en 13 situaciones sociales y se realizó un análisis de conglomerados (clusters) a partir de las puntuaciones de los adolescentes en las dimensiones o clases de fobia social generadas por el primer análisis.

Los resultados mostraron dos factores o subtipos de fobia social que se podrían categorizar como ‘ansiedad de interacción’ (miedo a relacionarse o a interaccionar con otros) y ‘ansiedad de actuación’ (miedo a ser observado por otros en cualquier situación social). Mientras, el análisis de clusters reveló cuatro subtipos a partir de los dos tipos de fobia social: fobia social específica, fobia social levemente generalizada, fobia social moderadamente generalizada y fobia social gravemente generalizada.



Posteriormente, las comparaciones en variables psicopatológicas y demográficas mostraron diferencias estadísticamente significativas entre los cuatro subtipos. Se asoció a una mayor gravedad de la fobia social, a una mayor sintomatología ansiosa y a un número superior de otros trastornos psicológicos asociados (depresión, trastornos de ansiedad o personalidad, historia familiar psiquiátrica, etc.).



Este estudio supone un apoyo inicial a una nueva forma de diferenciar los subtipos de la fobia social, la cual se muestra conceptualmente clara y científicam ente respaldada y, sobre todo, clínicamente relevante. Como especifica Piqueras: “Esta nueva propuesta contribuye a mejorar el pronóstico del curso del trastorno, el diseño y la selección de tratamientos específicos en adolescentes españoles con fobia social”.




------------------------------------


Referencia bibliográfica:



Piqueras (José Antonio), Olivares (José), López-Pina (José Antonio), “A new proposal for the subtypes of social phobia in a simple of Spanish adolescents”, Journal of Anxiety Disorders, MAR 2008



Fuente: SINC

Blog

Que es la Ansiedad Social Fobia Social, diagnostico de la persona fobica social, sintomas fobicos y ansiosos. Tratamientos eficaces individuales y grupales.Explicaciones teoricas acerca de la fobia social. Modalidades de relacion en los fobicos sociales, y la ansiedad social.

 

 fobia social autoestima angustia ansiedad social  timidez miedo temor  hablar en publico sonrojo rubor habilidades sociales asertividad comportamiento asertivo

19:50

Ansiedad social y persona. Su funcion

Publicado por ansiedad social |

Funcion de la Ansiedad Social en el ser humano (Schlenker y Leary)

La mayor parte de la vida social transcurre entre personas, que se influencian reciprocamente. Gran parte de la vida social consiste en influenciar y en ser influenciado. Sin darnos cuenta, actuamos muchas veces esperando que los otros nos reconozcan por lo que hacemos, ser aprobados por ellos, y que hagan las cosas que nos gustan, por ejemplo, accediendo a nuestros pedidos.

Asi como muchas cosas positivas

requieren de la colaboracion de los otros,

tambien muchas situaciones dolorosas

son resultado de nuestras interacciones con el projimo.

Una de las formas de influir en los otros, es mediante las conductas de autopresentacion. Mediante estas, buscamos manejar la impresion que causamos en los demas.

Sabemos que las reacciones que tengan otras personas dependen, en gran medida, de las reacciones que nosotros le causemos.

Esto hace entendible que la persona desee ejercer el maximo control posible sobre la forma en que se presenta ante los demas. Obviamente, esto no implica que siempre deseemos formar una imagen positiva para el otro.

El si mismo como objeto en la fobia social.

Sabemos que las reacciones que tengan otras personas dependen, en gran medida, de las reacciones que nosotros le causemos


Esto hace entendible que la persona desee ejercer el maximo control posible sobre la forma en que se presenta ante los demas. Obviamente, esto no implica que siempre deseemos formar una imagen positiva para el otro.
Se actuaria entonces para dar una determinada impresion de nosotros mismos a los demas, con el proposito de influirles en algun sentido. Esto hace mas previsibles nuestros intercambios sociales, reduciendo la amenazante incertidumbre.

Pero no siempre experimentamos ansiedad en situaciones sociales. Esto porque no en todas tenemos presion por dar determinada imagen, puede que a veces no nos preocupe, o que la situacion sea de tal naturaleza que, aun importandonos muchisimo, confiemos en nuestros recursos.

Es importante entonces dejar en claro que no es deseable la desaparicion de toda forma de ansiedad, sino de aquella disfuncional, ya que la misma es un componente adaptativamente util. La misma juega un rol funcional al permitirnos reajustar nuestras acciones en un intercambio comunicativo, registrando las expectativas que la otra persona tiene respecto a nosotros.

Descripción en el DSM-IV


1.La característica esencial de este trastorno es el miedo persistente y acusado a situaciones sociales o actuaciones en público por temor a que resulten embarazosas (Criterio A).


2.La exposición a estos estímulos produce casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad (Criterio B).


3.Dicha respuesta puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional o más o menos relacionada con una situación determinada (v. pág. 402). Aunque los adolescentes y adultos que padecen el trastorno reconocen que este temor resulta excesivo o irracional (Criterio C),


4.puede que esto no suceda en los niños. En la mayoría de las ocasiones las situaciones sociales o actuaciones en público acaban convirtiéndose en motivo de evitación, si bien otras veces el individuo puede soportarlas aunque experimentando sumo terror (Criterio D).


5.El diagnóstico puede efectuarse sólo en los casos en los que el comportamiento de evitación, el temor o la ansiedad de anticipación interfieren marcadamente con la rutina diaria del individuo, sus relaciones laobrales y su vida social, o bien genera un malestar clínicamente significativo (Criterio E).


6.En las personas menores de 18 años los síntomas deben haber persistido como mínimo durante 6 meses antes de poder diagnosticar una fobia social (Criterio F).


7.El miedo o los comportamientos de evitación no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia o a una enfermedad médica y no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental (p. ej., trastorno de angustia, trastorno de ansiedad por separación, trastorno dismórfico corporal, trastorno generalizado del desarrollo, o trastorno esquizoide de la personalidad) (Criterio G).


8.Si existe otro trastorno mental (p. ej., tartamudez, enfermedad de Parkinson, anorexia nerviosa), el temor o el comportamiento de evitación no se limitan a la preocupación por su posible impacto social (Criterio H).


Cuando el individuo con fobia social se encuentra en las situaciones sociales o en las actuaciones en público temidas, experimenta una preocupación constante por la posibilidad de que resulten embarazosas y teme que los demás le vean como a un individuo ansioso, débil, "loco" o estúpido. Estos individuos pueden tener miedo de hablar en público porque creen que los demás se darán cuenta de que su voz o sus manos están temblando, o porque piensan que en cualquier momento les puede invadir una extrema ansiedad al mantener una conversación por temor a no poder articular correctamente las palabras. Puede que eviten comer, beber o escribir en público por miedo a sentirse en apuros cuando los demás comprueben cómo les tiemblan las manos. Los individuos con fobia social experimentan casi siempre síntomas de ansiedad (p. ej., palpitaciones, temblores, sudoración, molestias gastrointestinales, diarrea, tensión muscular, enrojecimiento, confusión) en las situaciones sociales temidas, y, en los casos más serios, estos síntomas pueden llegar a cumplir los criterios diagnósticos de una crisis de angustia (v. pág. 403). El enrojecimiento es muy típico de la fobia social.




Anteriormente, en el DSM-III se describía así:




"Se presenta una marcada ansiedad anticipatoria si la persona se ve enfrentada con la necesidad de entrar en la situación social fóbica y evita normalmente dichas situaciones. De manera menos frecuente, la persona se fuerza a sí misma a aguantar la situación social fóbica, pero se experimenta con una intensa ansiedad. Normalmente, la persona teme que los otros puedan detectar señales de ansiedad en la situación social fóbica. Se puede crear un círculo vicioso en el cual el temor irracional genera ansiedad que a su vez deteriore la actuación, aumentando así la motivación para evitar la situación fóbica. La persona reconoce siempre que su temor es excesivo o poco razonable".



Se considera que hay dos tipos de fobia social: Generalizada: Cuando los temores se relacionan con la mayoría de las situaciones sociales y Focalizada cuando el temor se da en situaciones concretas.




Afecta al 2% de la población y se da con la misma probabilidad en hombres que mujeres.


¿La fobia social es una enfermedad?


Hay que tener en cuenta que la fobia social es una entidad diagnóstica, es decir, una etiqueta en la que los profesionales incluimos conductas que se caracterizan por la evitación de situaciones sociales. La vida y la humanidad es más compleja. Así por ejemplo, junto a la fobia social aparece muy a menudo la depresión, frecuentemente ataques de pánico o crisis de angustia, y a veces el trastorno obsesivo compulsivo. Esta complejidad se debe a que de lo que estamos hablando es de conductas y no de enfermedades.




Los psicólogos, en nuestra práctica clínica diagnosticamos, pero tenemos muy claro las diferencias de lo que hacemos con el diagnóstico de una enfermedad típica. Por ejemplo, una tuberculosis se diagnostica, primero en base a determinados síntomas, tos con emisión de sangre, cierta fiebre, cavernas en los pulmones, etc. que son debidos a una causa externa, la presencia del bacilo de Koch. En la fobia social no hay un agente externo que la produzca. Cuando un médico diagnostica enfermedades debidas al mal funcionamiento de algún órgano, se basa igualmente en síntomas externos que son manifestaciones de los problemas en ese órgano. Por ejemplo, si tuviéramos mal el corazón lo notaríamos en que nos cansamos al mínimo esfuerzo, nos ponemos morados, etc. etc. En el caso de la fobia social tampoco es así. Los que leen el diagnóstico y se sienten identificados piensan que les falla su autoestima, o que los neurotransmisores los tiene desequilibrados. Pero la autoestima no es un ente con existencia independiente de nuestra conducta, y los neurotransmisores están al servicio de nuestra conducta y también se desequilibran debido a como nos comportamos.

Lo que los psicólogos sabemos es que, en los trastornos de ansiedad, son nuestras propias conductas, nuestras evitaciones, las que mantienen el problema, independientemente de su origen.



Hay que diferenciar entre lo que llamamos fobia social y lo que llamamos timidez. La diferencia desde el punto de vista clínico está en el impacto que tiene en la vida de la persona, por eso hablamos de fobia social cuando la vida personal o laboral está gravemente afectada. Pero la diferencia fundamental reside en que el tímido acude a las situaciones en las que está incómodo, con mucho miedo, pero acude. Y, cuando lo hace sistemáticamente, finalmente se le aplica la ley universal de la habituación y las situaciones se le hacen más soportables. Mientras que el que decimos que tiene fobia social suele evitar esas situaciones de manera sistemática o si acude se preocupa más de intentar estar tranquilo y controlar su ansiedad que de atender, participar o hacer lo que tiene que hacer en esa situación.




Detalles del tratamiento específico de la Fobia social


·Como se ha indicado la base del tratamiento es la exposición, es decir, acudir a las situaciones temidas, pero preparado, sabiendo que es lo que hay que hacer y entrenando para no evitar la ansiedad.


Para ello, es necesario primeramente asegurarse que se tienen las habilidades sociales necesarias. Los estudios de las habilidades sociales han indicado que las básicas son las siguientes:


Habilidades Sociales


1.Iniciar y mantener conversaciones




2.Hablar en público




3.Expresión de agrado, amor y afecto


4.Defensa de los propios derechos

5.Pedir favores


6.Rechazar peticiones
7.Hacer cumplidos


8.Aceptar cumplidos
9.Expresión de opiniones personales, incluido el desacuerdo
10.Expresión justificada de molestia, desagrado o enfado
11.Disculparse o admitir ignorancia
12.Petición de cambios de la conducta de otros
13.Afrontamiento de las críticas.

Evaluación del problema


Personas moduladoras


•Amigos del mismo sexo


•Amigos del sexo opuesto


•Relaciones íntimas (pareja)


•Padres


•Familiares


•Personas con autoridad


•Compañeros de trabajo


•Contactos de consumidor


•Profesionales


•Niños


Características particulares del problema


Habilidades de comunicación


Verbales


1.Paralingüisticos : Volumen, Entonación, Fluidez, Tiempo de habla


2.Contenido:


◦Habla egocéntrica,


◦Instrucciones,


◦Preguntas.


◦Comentarios,


◦Charla informal,


◦Expresiones ejecutivas,


◦Costumbres sociales (saludos, despedidas, etc.),


◦Expresión de estados emocionales,


◦Mensajes latentes.


◦Apropiado


◦Reforzante


No verbales


1.Expresión facial: Sonrisas. Expresión y exposición.


2.Corporales: Movimientos de las manos Postura Pies Automanipulaciones Distancia Contacto físico Apariencia personal Movimientos de cabeza.


Voz:


1.Volumen, tono, timbre, claridad, velocidad, énfasis, fluidez, uhms, ehs, pausas y vacilaciones


Miedo a los síntomas


Tiene una gran Importancia el miedo a los síntomas de ansiedad para la permanencia de la fobia social.


•Tragar


•Sudar


•Rubor


•Temblores


•Problemas con la voz


•Tartamudeo


•Temblores


•Disfonías.


•Problemas circulatorios (rubor) No importa que se le vea o no, si lo siente. (Cara rara)


Trastornos cognitivos. Ideas irracionales.


•Atribución a la personalidad en lugar de a la situación. (Espectador):


•La ansiedad les lleva a estar muy atentos a ella para intentar evitarla y no se enteran de lo que se les dice lo que implica un mal desempeño social. Son espectadores de sí mismos.


Ejemplos


Van a darse cuenta de que estoy nervioso
•Si se dan cuenta de que estoy nervioso, se van a preguntar por qué.
•Van a pensar que soy un tipo raro
•Van a comentar con el resto del grupo mi nerviosismo
•Me van a rechazar a causa de mi falta de naturalidad
•Mi problema siempre es el peor y justifica el rechaz

Relación con otros trastornos:


Trastorno de la personalidad por evitación


Es indistinguible de la fobia social generalizada según lo define el DSM-III-R




Trastorno de personalidad esquizoide


Se diferencia del trastorno de la personalidad por evitación porque la evitación no es debida a ansiedad, el equizoide no está interesado en relacionarse con los demás.


Otros trastornos con componente de ansiedad social


Dismorfofobias: Los demás también rechazan el propio cuerpo.


En casi todos los trastornos que cursan con ansiedad podemos encontrar un aspecto social, como la agorafobia, el trastorno obsesivo compulsivo. De hecho la terapia interpersonal trata con éxito muchos trastornos como depresión, anorexia, bulimia, etc. actuando solamente sobre las relaciones interpersonales.


Técnicas aplicadas en el tratamiento


•Exposición en vivo y en la imaginación


•Entrenamiento en habilidades sociales


•Relajación aplicable en situaciones sociales


•Reestructuración cognitiva


Tratamiento en grupo


Ventajas:


1.Comprueban que no son únicos Se dejan de ver raros socialmente,


2.Aprendizaje vicario


3.Independencia del paciente, es él quien se resuelve los problemas no tiene que esperar la guía personalizada del terapeuta.


4.Compromiso público para el cambio. Existe la presión grupal al cambio.


5.Motivación al cambio por el éxito de los demás. Les ayuda a creer en las técnicas que se emplean.


6.Es un laboratorio de las relaciones sociales. Se puede interrumpir y analizar un pensamiento o una acción.


7.Beneficio de que hay otras personas para crear situaciones sociales diversas.


8.Permite por ejemplo mantener una bronca durante el tiempo necesario para la habituación


9.Se puede mantener el rechazo o el hecho de reconocer el síntoma de ansiedad que no se da en la situación social. Casi nunca a nadie se le dice te has puesto colorado en una situación social.


Tratamiento en grupo


TÉCNICAS EMPLEADAS


•Exposición a situaciones temidas


•Ensayo de conducta para aprender habilidades sociales


•Modelado


•Técnicas cognitivas


◦Reestructuración


◦Inoculación al estrés


◦Resolución de problemas


◦Etc.


•Técnicas de manejo de ansiedad


◦Entrenamiento en aceptación, muy conveniente para saber como enfrentarse a la ansiedad y al miedo.


•TAREAS EN CASA


ORGANIZACIÓN DEL GRUPO


Estructurado:


Se realizan una serie de sesiones con contenido fijado para entrenar en determinados aspectos. (Relación entre los pacientes muy controlada).


Semiestructurado:


El contenido de las sesiones se adaptan los ejercicios a las necesidades concretas de los participantes.


No estructurado:


Se establece una relación parecida a la de un grupo de amigos. (Comidas, cenas, tomar cañas, ...)


ORGANIZACIÓN DE UNA SESIÓN DE GRUPO


Semanal de 1.5 horas




Tres tiempos:

1.Entrenamiento en relajación aplicada a situaciones sociales


2.Revisión de tareas para casa


3.Ejercicios concretos


◦para apoyar las tareas en casa


◦Para enfrentar o entrenar algún aspecto en particular


Aplicación


1.Diseño particular en cada sesión


2.Concepto de exposición como riesgo de que pase algo.


3.Graduadas, por lo que su cumplimiento o no es una buena fuente de información


4.Seguimiento


Ventajas


1.Generalizan a situaciones fuera del grupo


2.Dan autocontrol y disminuyen la dependencia del terapeuta y del grupo


Ensayo de conducta


Ejemplos de ejercicios en grupo: exposición a situaciones diferentes

•El encuentro con extraños.


•El contacto con personas que tienen atractivo sexual para ti.


•Situaciones en las que hayas cometido un error.


•Situaciones en las que te sientes criticado.


•Interacciones con figuras de autoridad.


•Situaciones en las que te sientes herido o alguien se ha enfadado contigo.


•Situaciones en las que corres el riesgo de rechazo o fracaso.


•Conversaciones con padres o con alguien que puede mostrar desaprobación.
 
Fuente:http://www.cop.es/colegiados/M-00451/FobiaSocial.html

10:39

Aseguran que el tango ayuda a vencer la fobia social

Publicado por ansiedad social |



        Recursos no tradicionales
Aseguran que el tango también ayuda a vencer la fobia social
Al bailarlo, contribuye a producir más oxitocina, una sustancia que ayuda a sentir alivio.

(Fuente: http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=54055)
 
Clarín.com
Por: Pilar Ferreyra

El tango es abrazo. Yo abrazo a mi compañero y él me abraza a mí. En ese momento sólo existe ese hombre y yo, porque estamos bailando con el corazón. El tango es terapeútico porque para bailarlo hay que sentirlo. Es un éxtasis". La descripción de Alba Charmiello, una bailarina profesional de todos los géneros pero "milonguera de alma , ilustra por qué el tango puede aflojar a quiénes sufren de temores a mostrarse en público, contactarse con alguien del sexo opuesto, o relacionarse con un grupo pequeño de personas.

Eso es lo que opina el médico psicoanalista y psiquiatra rosarino, Federico Trossero, amante del dos por cuatro y uno de los primeros terapeutas en hacer uso del tango para ayudar a pacientes con fobias sociales. Con la tangoterapia se pueden trabajar algunas de las fobias sociales. Desde el punto de vista biológico, el tango produce sustancias como la oxitocina, una neurohormona que disminuye la producción de CRH, otro neurotransmisor. La caída de los niveles de CRH trae alivio y bienestar para los pacientes que sufren distintos tipos de ansiedades como la fobia social, pero también como el estrés , puntualizó Trossero a Clarín. Trossero, quién en 2006 fue distinguido como miembro de honor del Colegio Cubano de Neuropsicofarmacología, detalla también las bondades que el tango produce en el modo de relacionamiento de los pacientes con fobias. En los talleres de tango los pacientes, en primer lugar, toman una clase. En segunda instancia, recién, trabajan sobre las sensaciones, los sentimientos y las emociones que les despierta bailar con otra persona , puntualiza Trossero.

El vicepresidente de la Fundación Fobia Club, Gustavo Bustamante, coincide con Trossero en que el tango sólo podría ayudar a pacientes con un nivel de fobia bajo. La fobia social es el miedo a ser evaluado por las demás personas. Por lo que para que una persona llegue a una situación como bailar o exponerse públicamente, o invitar a alguna persona desconocida a tener algún contacto o interacción, el grado de ansiedad social tiene que ser leve , apunta Bustamante. Según los especialistas las personas que sufren fobias graves no pueden ni siquiera hablar con otras personas. Además, les cuesta mucho tener contacto físico con otros y mucho más aún: poder coordinar los movimientos. El tango es un ejercicio que podría ayudar, pero dentro de un programa de tratamiento completo que incluya psicoterapia, en lo posible grupal, e inclusive, en algunos casos, tratamiento farmacológico , agrega Bustamante.

En el mismo sentido Trossero, autor del libro Tango Terapia , explica que, para que un paciente con fobia social --leve-- pueda llegar a uno de sus talleres de psicotango , como él los bautizó, necesita una preparación terapéutica previa.

Hasta ahora se conocían las bondades del tango para otras patologías. En particular para ayudar en la sanación de las personas que padecen de Mal de Alzheimer y para aquellas que sufren de Parkinson. Así como para prevenir enfermedades cardíacas. Esto fue lo que demostró un estudio de la Universidad McGill de Montreal (Canadá) que puso a taconear y a hacer ochos a 30 personas mayores de 60 años durante diez semanas. Los pacientes demostraron mayor estimulación del sistema nervioso central y más actividad cerebral al término de la serie completa de sesiones.


Otros estudios
En la Universidad McGill de Montreal , Canadá, estudiaron a 30 personas de más de 60 años. Tras 10 semanas de tango, los pacientes mostraron una mayor estimulación del sistema nervioso central y mayor actividad cerebral.

La Fundación Favaloro relevó a 10 parejas de 50 años. Probaron que practicar esta danza logra disminuir la frecuencia cardíaca de reposo y aumenta la cantidad de sangre que expulsa el corazón en cada latido.

Siga el baile
Fobia social

Biológicamente, ayuda a la producción de oxitocina que a su vez disminuye la producción del neurotransmisor CRH. Esto trae aparejado alvio y bienestar en quienes sufren de ansiedad.

Mal de Parkinson
A los pacientes que sufren de esta enfermedad, el "dos por cuatro" les proporciona una mejoría en el equilibrio y mayor elasticidad. Dos problemas que suscitan graves caídas en estos pacientes.

Salud cardíaca

Es bueno para el corazón: ayuda a disminuir la frecuencia cardíaca de reposo y a aumentar la cantidad de sangre que expulsa en cada latido.

El tango mejora la postura corporal.

Optimiza la sincronización y el equilibrio.

Ejercita piernas, rodillas y tobillos.

Favorece la circulación sanguínea.